En la casa de pinturas somos conscientes de que las lijas forman una parte esencial en el proceso de pintado y más concretamente en el preparado de superficies para el posterior pintado, barnizado o lacado.
Las lijas están formadas por un soporte de tela o papel donde se impregnan con resina granos de mineral que le hacen ser un elemento de desgaste de superficies que varía según el esfuerzo mecánico empleado y el grano utilizado. El elemento más importante de una lija es el grano con el que está fabricado, así hay hay lijas con granos de carburo de silicio, óxido de aluminio, corindón, circonio... y según el tamaño de estos así será el pulido de la superficie lijada.
Es muy importante elegir bien el grano en la lija ya que si deseamos un desbaste rápido utilizaremos un grano mayor aunque la superficie tratada no quedara muy fina, en cambio si lo queremos es conseguir un acabado liso y suave utilizaremos un grano fino a pesar que el desbaste será minimo.
Las lijas con grano grueso, suelen ser con soporte de tela por su mayor resistencia, se utilizan sobre todo para desbastar directamente la madera y las lijas de grano fino, casi siempre con soporte de papel, son sobre todo para lijar la primera mano.